Ambas declaradas como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) en 1987, Teotihuacán y Xochimilco son dos bellos espacios históricos que perduran a través del tiempo, la urbanización y el cambio climático. Pero además, de alguna manera están conectados culturalmente, pese a haber existido en periodos y ubicaciones distintas. En este artículo revisaremos cuáles son los nexos que unen a estos dos pueblos, más allá de la certeza de encontrarse en la misma región geográfica, la Cuenca de México.

Breve información sobre Teotihuacán y Xochimilco

La zona arqueológica de Teotihuacán es vestigio histórico de la cultura teotihuacana cuyo apogeo fue en el siglo IV y V de nuestra era, y que posteriormente fue usado como centro ceremonial por los aztecas; Xochimilco, por su parte, es la zona que fue habitada hace miles de años por los nativos llegados de Aquilazco en el año 989 de nuestra era. Los chichimecas les otorgaron a merced lo que hoy es Xochimilco a los xochimilcas, y éstos hicieron de sus tierras formidables sistema agrícolas sustentables, con vías de comunicación que navegaban por la región chinampera, constituida por (Iztacalco, Iztapalapa, Mixquic y Milpa Alta.). Su sistema permeó hasta los últimos días de la conquista de la gran Tenochtitlán.

Formas piramidales

Xochimilco
Xochimilco

“Las canoas tienen la forma de una pirámide truncada de base rectangular muy alargada, invertida y hueca”. Es lo que escribe Rodolfo Cordero López en su libro Mitos y Leyendas de Xochimilco, con singular recopilación bibliográfica.

Es verdad. Si uno observa con detenimiento, esta afirmación es correcta…considerando que existen canoas de todo tipo y formas, pero solo las canoas xochimilcas tienen esta forma de pirámide invertida.

Por su parte, las colosales pirámides del Sol y la Luna, no se asemejan por mucho a ninguna otra en todo el mundo. Observemos las famosas pirámides de Giza, en egipto, que son puntiagudas, mientras que, las pirámides del Sol y la Luna poseen una base y punta en forma de trapecio isósceles, cual una canoa de Xochimilco.

Distribución arquitectónica

Las culturas mesoamericanas tenían un profundo conocimiento astronómico que se veía reflejado en su distribución arquitectónica, rituales y mitos. Más aún, los mayas, por ejemplo, contaban con miradores astronómicos únicos que acentuaban su pasión por el cosmos.

En el caso de Xochimilco, la observación topográfica -la ciencia que estudia el conjunto de principios y procedimientos que tienen por objeto la representación gráfica de la tierra- ha demostrado que la chinampería del acalote de cuemanco fue construida mediante patrones arquitectónicos, de forma paralela a la Vía Láctea, con sus ejidos, cruces, ciénegas y lagunas.

Cosmográficamente, sabemos que el Sistema Solar forma parte de la Vía Láctea. Hipotéticamente, en el esquema de Xochimilco, el acalote de Cuemanco representa la integración cósmica de la Vía Láctea. La coincidencia es clara. La Vía Láctea se bifurca en la constelación del Cisne, una parte hacia la estrella Altair de la constelación del Águila; la otra hacia la estrella Vega de la Constelación Lira. En la representación topográfica, Cuemanco se bifurca en dos brazos, uno hacia la laguna de San Antonio y el otro hacia la Laguna de la Asunción y el Tlilalnalco de Quilaztli. 

Pero además, la chinampería guarda por similitud el trazo de la zona arqueológica de Teotihuacán. Recordemos que el eje principal de Teotihuacán es Miccaotli (camino de los muertos) y que está orientado hacía la Vía Láctea, tal y como sucede con el acalote de Cuemanco, ambos caminos con la misma longitud aproximada de dos kilómetros.

Lastimosamente, al día de hoy la mayor parte de la zona chinampera y sus trazos están destruidos. Tal arquitectura descubierta a través de los estudios solo es posible distinguir a través de las fuentes bibliográficas.

Mitología: Quetzalcoátl en presencia de ambas culturas

Probablemente Quetzalcoátl sea unos de los principales dioses de casi todas las culturas mesoamericanas. Dios del viento y el agua, la serpiente emplumada está presente en las culturas teotihuacana y xochimilca.

En Xochimilco Quetzalcoatl forma parte de los mitológicos ahuejotes, relacionados con la encarnación de este ser divino. Narra la leyenda que,

cuando los dioses vieron que el cielo había caído sobre la tierra y por ende ya no alumbraba… acordaron levantar al cielo y ordenaron llevarlo a su sitio… Los dioses del Omeyocan convinieron construir cuatro caminos en la tierra para entrar por ellos y alzar el cielo. Para que les ayudaran crearon cuatro hombres; Cotémoz, Itzcóatl, Iznarlli y Tenesuche, entonces Quetzalcoátl y Tezcatlipoca descendieron de su plano estelar hacia el inframundo, para convertirse en árboles: Quetzalcóatl se convirtió en el árbol llamado Quetzalcoatl, el sauce de pluma verde de esmeralda; el huexote precioso como ave de pluma verde que desciende y se hunde en la tierra negra.

En Teotihuacán, por otro lado, poco o nada se sabe sobre el papel que tuvo Quetzalcóatl en la mitología. De hecho, ni siquiera se sabe qué idioma hablaban sus habitantes. El nombre Teotihuacán o “lugar de nacimiento de dioses” se lo dieron los aztecas varios siglos después del abandono de la ciudad.

No obstante, se sabe que Quetzalcoatl era uno de los dioses principales tan sólo porque en la gran ciudadela de Teotihuacán se construyó un templo a Quetzalcóatl, y su figura tallada en piedras, que actualmente pueden observarse. La influencia de la cultura teotihuacana sobre otras culturas en Mesoamérica es evidente, pero hasta cierto punto, ambigua.

Algunos apuntes últimos sobre Teotihuacán y Xochimilco

Caminar a la luz del día sobre la Calle de los Muertos, en Teotihuacán, y observar por vez primera la monumental Pirámide del Sol con toda la ciudadela a su alrededor, tan colosal como la naturaleza lo es, supone encontrarse con una pequeña idea de lo formidable que fue la ciudad en su tiempo, con sus 150,000 habitantes, su arquitectura en equilibrio con la naturaleza, y sus poderosos gobernantes que dieron vida a la ciudad por más de 700 años.

Mientras, en Xochimilco, el silencio y la niebla son casi absolutas antes del amanecer. Los canales son negros y fríos y hay ahuejotes y vegetación por todas partes.

Quizá solo en estas circunstancias toda esta información cobra sentido.

Cordero, R. (1992). Mitos y leyendas de Xochimilco. Leyenda.

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